jueves, 29 de septiembre de 2016

Ejemplo de elegía, por Alejandro Martín 1ºBachB

Elegía a Ramón Sije

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas, 
compañero del alma, tan temprano.
  
Alimentando lluvias, caracoles
Y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas  

daré tu corazón por alimento. 
Tanto dolor se agrupa en mi costado, 
que por doler me duele hasta el aliento.  

Un manotazo duro, un golpe helado, 
un hachazo invisible y homicida, 
un empujón brutal te ha derribado.  

No hay extensión más grande que mi herida, 
lloro mi desventura y sus conjuntos 
y siento más tu muerte que mi vida.  

Ando sobre rastrojos de difuntos, 
y sin calor de nadie y sin consuelo
 voy de mi corazón a mis asuntos.  

Temprano levantó la muerte el vuelo, 
temprano madrugó la madrugada,
 temprano estás rodando por el suelo.  

No perdono a la muerte enamorada, 
no perdono a la vida desatenta, 
no perdono a la tierra ni a la nada.  

En mis manos levanto una tormenta 
de piedras, rayos y hachas estridentes 
sedienta de catástrofe y hambrienta  

Quiero escarbar la tierra con los dientes, 
quiero apartar la tierra parte a parte 
a dentelladas secas y calientes.  

Quiero minar la tierra hasta encontrarte 
y besarte la noble calavera
 y desamordazarte y regresarte 

Volverás a mi huerto y a mi higuera: 
por los altos andamios de mis flores 
pajareará tu alma colmenera . 

de angelicales ceras y labores. 
Volverás al arrullo de las rejas 
de los enamorados labradores.  

Alegrarás la sombra de mis cejas, 
y tu sangre se irá a cada lado
 disputando tu novia y las abejas.  

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
 llama a un campo de almendras espumosas 
mi avariciosa voz de enamorado. 

A las aladas almas de las rosas... 
de almendro de nata te requiero,
 que tenemos que hablar de muchas cosas,
 compañero del alma, compañero. 


Miguel Hernández

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